HISTORIA DE LA INGENIERIA CIVIL

La ingeniería ha sido un aspecto de la vida desde los albores de la existencia humana. Las primeras prácticas de ingeniería civil pueden haber comenzado entre 4000 y 2000 aC. C. en el Antiguo Egipto y Mesopotamia cuando los humanos comenzaron a abandonar su existencia nómada, creándose la necesidad de refugio. En este momento, el transporte comenzó a ganar importancia, dando lugar al desarrollo de la rueda y la navegación.

Hasta la Edad Contemporánea no existía una distinción clara entre ingeniería civil y arquitectura, y los términos ingeniero y arquitecto sufrieron variaciones al referirse a una misma persona, llegando incluso a intercambiarse.7 La construcción de las pirámides de Egipto entre 2700 y 2500 a. C. podrían considerarse las primeras manifestaciones de construcciones de gran tamaño e importancia. Otras construcciones históricas incluyen el sistema de gestión de agua de Qanat,8 el Partenón de Ictino en la Antigua Grecia (447-438 aC), la Vía Apia de los ingenieros romanos o la Gran Muralla China en el 220 aC. C. C., u obras de riego en Anuradhapura. De todas las civilizaciones antiguas, quizás la más desarrollada en ingeniería civil fue la romana, pionera en la construcción de una red de caminos, acueductos, puertos, puentes, presas y alcantarillas.

Leonhard Euler (1707-1783)

Leonhard Euler desarrolló la teoría de la flexión de vigas.

En el siglo XVIII se acuñó el término ingeniería civil para englobar toda la ingeniería para usos civiles en contraposición a la ingeniería militar (artillería, balística, construcción de defensa...). En 1747 se crea la escuela de ingeniería civil más antigua del mundo, la École nationale des ponts et chaussées de París, que sigue vigente en la actualidad. El primer ingeniero civil autoproclamado fue John Smeaton, quien construyó el faro de Eddystone.46 En 1771, Smeaton y algunos colegas formaron la Sociedad Smeatoniana de Ingenieros Civiles, un grupo de profesionales que se reunían diariamente para hablar sobre su profesión. A través de estas reuniones, se formaron las sociedades profesionales que conocemos hoy.

En España existía la necesidad de crear un cuerpo específico de ingenieros encargados de las obras públicas, motivo por el cual se fundó en 1802 el Colegio Oficial del Cuerpo de Ingenieros Civiles, dirigido por Agustín de Betancourt. Para ese entonces, México ya había establecido el primer instituto de investigación especializado en ingeniería civil9 y en 1857 se impartía el instituto de ingeniería civil en la Academia de San Carlos, ampliando el plan de estudios europeo.